Argentina: de 722 a 120

Publicado por: Magenta Sport On 11:28

Luego de la oportuna visita de la presidenta argentina al Perú, he experimentado, en carne propia, la avalancha de prejuicios que origina la prensa cuando de defender el orden establecido se trata. No digo la democracia, sino el orden establecido, que es una forma 'sui géneris’ de democracia. Las acusaciones contra la actual administración argentina están fundadas en que este país se ha separado de los lineamientos del consenso de Washington. Ese consenso es un ensayo para mantenernos en la dependencia y el subdesarrollo. Sirve para crecer sin repartir, es decir, ahondando la injusticia social y privilegiando al gran capital. Sin entrar en polémicas, me limitaré a dar algunas cifras para que los lectores evalúen si esas políticas –que apuntan a la inclusión social en lo interno, y a la integración regional en lo externo– han sido o no acertadas. Antes de que asumiera Kirchner (2003), el total de la deuda bruta del sector público nacional representaba el 139% del PBI; a fines de 2009 cayó hasta el 49.1%. En el 2003, el 76% de la deuda estaba en moneda extranjera; en la actualidad, solo el 54%. En el 2003, la deuda tenía una vida promedio de 6.9 años; hoy es de 12.7 años. En el 2003, la deuda era de un 722% mayor a las reservas; en la actualidad es el 120%. Tanto es así que la deuda externa, que era un factor condicionante de enorme peso en la política y la economía argentina, ha pasado a ocupar un lugar secundario y es ya totalmente manejable.

El origen de las críticas se debe a que, sin haber hecho cambios revolucionarios, el Gobierno ha tocado intereses que, aparentemente, constituían territorio sagrado de las minorías que manejan el poder económico. La Ley de Medios, por ejemplo, que termina con los monopolios –y que fue calificada como un ejemplo para el mundo por el Relator Especial de la ONU para la Libertad de Prensa–, perjudicó al emporio que lidera el diario Clarín y, desde entonces, este periódico anuncia el apocalipsis y culpa de todo mal al actual gobierno. Nunca, en mi vida como periodista, había observado una descompostura ética de ese nivel.

Otro foco es querer avanzar en la eliminación de la deuda externa pagando con reservas, a fin de no contraer nuevos créditos. La derecha –porque es parte del negocio– y la izquierda –porque, como muchas otras veces, no ve más allá de su propia nariz– se oponen. Las explicaciones de ambas son vagas y contradictorias.

Otra causa es la Asignación Universal por Hijo (AUH). La medida, calificada de populista, ha producido ya los siguientes efectos: en el 2010 agregará 1.1 punto porcentual al PBI y 2.3 puntos al consumo. Prácticamente todos quienes reciben el subsidio quedan arriba de la línea de indigencia. La Federación Argentina de Supermercados, que agrupa a las pymes de ese sector comercial, anunció una elevación de sus ventas de un 8%, pues el 72% de las compras de los beneficiarios del plan se destina a alimentos. También creció la producción de calzado e indumentaria para niños y aumentó el número de alumnos matriculados en escuelas de primaria y secundaria.

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