¡Hay tanto que aprender!

Publicado por: Magenta Sport On 10:55

El muy piña de Piñera sabe ahora mejor que nadie que “el hombre propone y Dios o la Naturaleza disponen”. Cuántos planes del empresario, devenido presidente de Chile, quedaron pulverizados por una de las tantas jugarretas con las que el planeta Tierra pareciera querer hacernos entender quién manda a quién. No creo en mensajes esotéricos o fatalistas, pero sí creo que debiéramos aprovechar todas las oportunidades posibles para borrar la soberbia antropocéntrica con la que la religión judeo-cristiana barnizó nuestra cultura. “Creación suprema”, “pueblo elegido” y un largo etcétera que alimentó la vanidad humana, pareciera resistir tercamente las pruebas a las que la realidad nos somete diariamente. Esta, como tantas otras, es una nueva y buena oportunidad para repensarnos al interior de un universo de dimensiones colosales y en continua expansión. Si observamos la pintura tradicional china veremos que el hombre aparece en la misma como una ínfima parte del paisaje. Esto, a diferencia de una parte importante de la pintura occidental, donde el drama y la pasión humanos son protagonistas, junto a dioses antropomórficos, de lo que ocurre en cielo y tierra. ¿Escribiremos realmente los seres humanos alguna línea significativa en el imaginario argumento que encierra los misterios del universo?

Cuando uno escucha a los pavos reales humanos ufanarse de sus avances y logros tecnológicos, debería acudir a esas fotos fascinantes de los satélites en los que la Tierra aparece como un microscópico grano de polvo perdido en la vastedad y el silencio del espacio. Sería el equivalente contemporáneo del esclavo que recordaba a las victoriosas legiones romanas que eran simplemente humanos.

Cuánto mejor hubiera sido para la seguridad chilena que, en vez de invertir en su ejército, lo hubieran hecho en obras que protegieran a los más desposeídos de su población que son hoy, sin duda, los más afectados. Este sismo ha desnudado grietas sociales e institucionales tan graves como las que han marcado el paisaje físico del país, y se ha evidenciado la ausencia de políticas orgánicas frente a catástrofes como la ocurrida.

Críticos chilenos afirman que ha habido una grave descoordinación entre las instituciones que debían actuar y que han aparecido “graves fisuras institucionales y sociales que se expresan en abandono de amplios sectores populares, negligencia de funcionarios y, consecuentemente, vandalismo desatado. Si bien la respuesta inmediata ha sido la militarización de la zona, es claro que tal medida no soluciona ninguno de los problemas de fondo”. Otra cita: “La situación actual ha agravado la falta de caminos, hospitales y escuelas en varias regiones. Es hora de que el Estado recupere la iniciativa ante tales demandas. La caridad no debe confundirse con justicia social”. Y agregan: “El desastre ha puesto de manifiesto todas las falencias del 'modelo chileno’, desde el debilitamiento del Estado para actuar en estas situaciones, hasta la ausencia de una cultura cívica y solidaria responsable”.

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