Obama y un éxito que aún no es un éxito

Publicado por: Magenta Sport On 9:52

Con el éxito logrado por Obama con la aprobación, en el Congreso, de la reforma sanitaria en Estados Unidos se inicia una nueva etapa que no está libre de controversias y que puede llevar a que se retroceda en este importante avance en materia de salud pública. Muchas de las reformas no entrarán en vigencia hasta el 2014, y la oposición republicana procurará, por todos los medios, un éxito en las próximas legislativas, que tendrán lugar en noviembre del 2010, para intentar, entre otras cosas, evitar que las cosas cambien. Ellos creen que esta medida es antiestadounidense y que su potencial impopularidad se transformará, a la larga, en votos republicanos en las próximas elecciones. Desde afuera es imposible comprender cómo una ley que beneficia a las mayorías puede ser tan impopular pero, suponemos, esta afirmación, aparentemente contradictoria, no debe de estar edificada sobre el vacío.

Es importante saber, además, que ningún republicano votó a favor de esta ley, mostrando así un sólido espíritu de cuerpo en torno al injusto estatus vigente que defiende el lobby del sistema de salud. El partido de Ronald Reagan, George W. Bush, McCain y Sarah Palin ya ha prometido redoblar sus esfuerzos para derogarla. Como se puede apreciar, los reflejos de los ricos de siempre están intactos y vigilantes: aún no han perdido un céntimo y ya están en carrera para evitar que ese céntimo se pierda. Ocurre que las enmiendas aprobadas por la Cámara de Representantes deben retornar al Senado y allí, con triquiñuelas en las que el Partido Republicano es muy ducho, se dará una nueva y peligrosa batalla. Cantar victoria, en un tema que toca poderosos intereses económicos –entre otros, los de los grandes laboratorios, las clínicas privadas y las compañías aseguradoras–, puede ser prematuro aunque las cartas sobre la mesa exhiban que se ha logrado el propósito deseado.

El punto más débil de esta imprescindible reforma lo constituyen los cientos de miles de millones de dólares en impuestos adicionales que se necesitarán para financiarla. No solo no está claro aún cómo se pagará, sino que la misma deberá implementarse en un contexto de crisis financiera con un nivel de desocupación que sobrepasa el ya inquietante 10 por ciento.

La BBC ha interrogado al ultraderechista Centro de Estudios sobre Política Sanitaria del Instituto Cato, en Washington, y este opina, con muchos ases bajo la manga, que “hay dudas sobre si la ley que promulgue Obama será la misma que entre en vigencia dentro de cuatro años, pues genera demasiadas situaciones inestables con las que tendrá que lidiar el Congreso”. De consolidarse la reforma propuesta, Obama habrá derrotado a un enemigo con el que sus antecesores no pudieron. Resta saber si la postura y las certezas republicanas obedecen a una percepción de la realidad distorsionada por tantos años en el poder o si, en la práctica, el 'poder real’ dentro de los EE.UU. ya se ha apoderado del imaginario de sus habitantes y estos actúan en consonancia con él.

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