El crema que flechó a Alejandra Guzmán

Publicado por: Magenta Sport On 9:58

UNO.
1995. Roberto Martínez se casó con Gisela Valcárcel en la boda del año transmitida al país entero. Él, capitán de Universitario. Ella, la animadora más popular de la tele. Semanas después, Gisela invitó a su programa a la cantante mexicana Alejandra Guzmán. La idea era entrevistarla y salir a divertirse.
—Roberto, avísale a un amigo futbolista para que nos acompañe.
—Está bien, yo le paso la voz a alguien.
Martínez llamó a “Camioneta” Olivares: soltero y uno de los más jóvenes. Junto a sus amigos cercanos, la famosa pareja alquiló una discoteca del centro Camino Real en San Isidro. Alejandra Guzmán quedó encantada con el futbolista apenas lo vio. Cuando Martínez preguntó por su compañero, la artista hizo un guiño y levantó el pulgar. La pasó muy bien, lo sacó a bailar toda la noche, y compartieron tragos y conversación hasta altas horas. “Yo me lo llevo a México”, comentó la Guzmán a Gisela. Al momento de retirarse, Alejandra le pidió a Juan Manuel que la acompañe a su alojamiento.
—¿Vienes conmigo? Tengo una camioneta en la puerta a disposición.
—Estoy en auto, yo te sigo—respondió Olivares.
Alejandra Guzmán lo sigue esperando. Al día siguiente, antes de volar a su país, llamó a Gisela y presentó sus “quejas”.

DOS.
1985. La selección juvenil viajó a Machala para un amistoso con Ecuador. Los peruanos querían revancha porque en el Sudamericano de Argentina los ecuatorianos ganaron 3-2, goles de Álex Aguinaga. Para motivar, el dirigente José Merino Reyna ofreció 100 dólares de premio por el triunfo. El equipo, dirigido por Luis Cruzado, entró con actitud, hizo un buen partido y venció 1-0, por un tiro libre de “Puchungo”. Por la noche, luego de la cena, el directivo cumplió su promesa. “Para que se compren algo”, comentó. Sin embargo, los jugadores prefirieron gastar en diversión y le encargaron al utilero (hoy DT de un equipo de reserva) llamar a algunas “amigas” al hotel. Uno de los más entusiastas fue el veloz delantero la “Chancha” Besada. Cuentan los presentes que pronto se lanzó encima de su ocasional pareja y la llenó de abrazos, besos y caricias. La joven se sorprendió con las muestras de “aprecio” y no pudo reaccionar. Recién cuando el futbolista se dio un respiro, ella pudo hablar.
—¿Papito, ya? ¿Ya terminaste?— preguntó.
—No, todavía no termino señorita, estoy en cuarto de media— respondió la “Chancha”.
Los compañeros terminaron en el suelo de tanta risa. Fue un triunfo, una noche y un viaje inolvidable.

TRES.
Alianza Lima 95. Primer día de pretemporada con Iván Brzic. En el vestuario de Matute, mientras se cambiaban, los jugadores revisaban los diarios. El argentino Carlos Enrique, quien llegó a mediados del 94, hojeaba un suplemento deportivo y se sorprendió con una noticia: “Marcial Salazar contratado por Alianza, lateral izquierdo será presentado hoy”. Enrique tiró el diario, se alteró y comenzó a preguntar desesperado: “¿Quién es Marcial Salazar?”. Luego de segundos de silencio, el “Charapa”, quien llegó de Municipal, respondió en voz baja: “Yo”. El “Loco” volvió a la carga: “Che, soy el titular, campeón con River, campeón de Copa América con Argentina, 15 años en Primera División, ni en Alianza ni en ningún club me van a quitar el puesto”. Los compañeros lo tuvieron que detener porque Enrique se acercaba con ganas de agredirlo. Marcial se mostró bastante tímido las primeras semanas. Casi ni hablaba. Enrique jugó las fechas iniciales del torneo. Luego de una derrota en Chimbote con Pesquero 1-0, le mentó la madre a Brzic tras sustituirlo y fue separado. Marcial Salazar tomó su lugar y fue titular hasta el 2000, incluso como capitán. El perfil bajo siempre fue su característica.

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