Messi, fírmame la camiseta

Publicado por: Magenta Sport On 9:05
Por Pedro Canelo

Kevin nunca se olvidará de los años maravillosos. La camiseta con la cual Lionel Messi ganó su primer torneo internacional a los 9 años no está guardada en ningún museo, sino en el dormitorio de Kevin Méndez Khan, en un silencioso departamento del distrito de Pueblo Libre. Este Kevin no tiene fotos con Winnie Cooper, pero sí con el mejor jugador del mundo. Su tesoro futbolístico supera cualquier nostalgia del primer amor.

Lionel Messi solo pedirá milanesas cuando regrese al Perú. Eran los primeros días de febrero de 1996. La noche anterior a esa semifinal de la Copa de la Amistad de la categoría 87, Lio había cenado con la familia peruana que lo había hospedado. William Méndez, padre de Kevin, quiso presentarle a ese niño argentino de 9 años las bondades y la sazón del pollo a la brasa. Messi disfrutó en la mesa, pero pasó poco tiempo para que una intoxicación lo dejara fuera del partido más importante.

“Lo iban a hospitalizar, pero apenas escuchó que debía jugar, solo pidió un Gatorade y entró a la cancha”, recuerda Kevin Méndez, el amigo peruano de Lionel que hoy juega en la Liga de Miraflores mientras culmina sus estudios de gastronomía.

El primer torneo internacional que jugó el mejor futbolista del mundo fue la Copa de la Amistad de 1996. En las canchas del complejo deportivo Cantolao, Messi dio su primera vuelta olímpica con la número “10” del Newell’s Old Boys. Todas las familias de los pequeños futbolistas del Cantolao firmaron un convenio para hospedar a los niños extranjeros. Los Méndez Khan recibieron a Messi por cuatro días.

“Lionel era como Oliver Atom. Tenía una pelota en su mochila y caminaba por las cuadras dando pataditas, era como un dibujo animado”, dice Kevin mientras sostiene la única prueba de sus días de contacto extraterrestre: su foto con Messi.

En aquel partido semifinal de la Copa de la Amistad, Newell’s le ganó por 10-0 al Cantolao y Messi anotó 9 goles. En el tercero de ellos hizo la parábola que todos aplaudimos hace una semana en el Barcelona-Arsenal. Pero Lio no quería seguir castigando al equipo de su amigo Kevin y antes de que terminara el encuentro, con todos los goles anotados, no quiso patear un penal y le pidió al arquero que pateara (y que fallara) el disparo. Le hicieron caso.

Durante ocho años los Méndez Khan perdieron de vista a Messi. Cuando la “Pulga” debutó en el Barcelona en el 2004, Kevin Méndez lamentó que esa pequeña camiseta del “Ñuls” que Lionel le regaló a manera de agradecimiento no tuviera una firma. Por eso, si un día el mejor jugador del planeta (que no es de este planeta) vuelve al Perú, Kevin lo visitará con esa única foto, con la vieja camiseta y con una tinta indeleble para recordarle aquellos años maravillosos cuando Messi ganó una copa y una amistad.

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