El legado de moda

Publicado por: Magenta Sport On 8:25
Por Roberto Castro

Hace nueve años, Paulo Autuori llegó al Perú para dirigir al Alianza del centenario e impuso un novedoso sistema de juego que luego, casi en solitario, replicó en Cristal y la selección: el 4-2-3-1. Hoy, la mitad de los equipos del Descentralizado emplea ese esquema.

Del Alianza del Centenario, aquel que hizo un gran primer semestre -el segundo fue para el olvido y solo se salvó con aquel penal de Waldir Sáenz en el Cusco, que dio a los íntimos el título nacional- de 2001, hay múltiples recuerdos. El "soplo" de Marko Ciurlizza y Eduardo Esidio al rival de siempre; la figura de Palhinha, controversial por su intempestivo abandono del equipo a la postre; la canción cuyo pegajoso "olé olé, olé olá" quedó en el tiempo, y hasta la resurrección del popular Quintín como mascota. Todos, para hinchas aliancistas o no, signos distintivos de una campaña recordada por la efeméride especial que cumplían los íntimos.

Sin embargo, pocos quizá recuerden que en ese Apertura 2001, Paulo Autuori, el técnico aliancista, apostó como propuesta táctica por un esquema inédito en el fútbol peruano durante los noventa: el 4-2-3-1, consistente en tener un único hombre en punta alimentado por tres volantes lanzadores, todos con funciones parecidas. Así, Esidio, el goleador de moda, iba como '9' neto, y era alimentado por Henry Quinteros, por derecha; Palhinha, por el medio, y Waldir Sáenz, por izquierda. El resultado: 44 goles a favor, dos por partido, y un recordado título.

Siempre hay un por qué
En la época, se decía que Autuori había sido inteligente al decidirse por ese esquema pues, supuestamente, habría sido la vida de escape para poder hacer jugar juntos a Esidio (el goleador que llegaba del rival) y a Sáenz (el goleador del club que volvía a casa), que por ser ambos zurdos, teóricamente, habrían tenido problemas para jugar como dupla de área. Lo cierto es que el sistema fue su sello en el medio: lo aplicó también en Cristal, donde llegó a jugársela por emplear de lanzadores por los lados a dos jugadores de baja estatura como Óscar del Portal y Guillermo Saco Vértiz, y luego en la misma selección.

Así, un primer factor con el que se vincula la esencia del 4-2-3-1 es la solución para hacer jugar juntos a hombres de características parecidas. En la blanquirroja, por ejemplo, Jefferson Farfán, Claudio Pizarro, Paolo Guerrero y Andrés Mendoza no podrían haber sido todos titulares a la vez con un esquema convencional de dos puntas; sí, en cambio, con Guerrero como eje de área y los otros tres lanzando detrás de él, como llegó a ocurrir -matizando nombres más, nombres menos con otros actores como Solano y Palacios- durante el proceso Autuori. Se decía que esa debió ser la táctica en la era Del Solar, acaso con Vargas como lanzador izquierdo en vez del ya defenestrado Mendoza; la duda quedará por siempre.

El hecho es que ahora, a nueve años de la aventura táctica de Autuori en Alianza, varios clubes del Descentralizado han comenzado a imitarlo. El año pasado el caso más notorio fue el de Alianza Lima, donde Gustavo Costas, con Claudio Velázquez o Wilmer Aguirre como únicos puntas -y en rotación permanente debido al mal momento de sus delanteros en general-, ubicaba detrás de este a Henry Quinteros, Johnnier Montaño y Alexander Sánchez como lanzadores. Otro fue CNI: no tenía delanteros en el plantel y por eso, 'Chalaca' Gonzales optó por jugársela por 'Masato' Celis como único atacante y acumular detrás de él lo que sí tenía: talento. Carlos 'Kukín' Flores -a perfil cambiado- por derecha, Carlos Barrena por el medio y Ángel Guerrero por izquierda fueron sus intérpretes, y con ese sistema salvó la categoría.

Panorama 2010
Ahora, Alianza migró -con éxito- a la línea en el medio, acompasado por el buen momento en ataque de Aguirre y José Carlos Fernández, mientras CNI solo emplea el sistema cuando juega de visita, pues 'Chalaca' entiende que en el Max Augustín debe aprovechar la potencia conjunta de Paul Cominges y Andy Pando. Sin embargo, otros ocho clubes ya han probado, en las pocas fechas que lleva la temporada, el 4-2-3-1, cada cual con sus bemoles y algunos con mejores resultados.

Juan Aurich: Es el que mejor se ha identificado con el esquema. Reimond Manco, Ricardo Ciciliano y Pedro Ascoy lanzan, y Luis Tejada actúa como punta. Sin duda, ha sido harto comentado el buen desempeño de Manco y Ascoy, ambos con sendos problemas resueltos: el primero ve aprovechada con su ubicación su tendencia a recostarse a la banda, mientras que el segundo rehúye la responsabilidad de ser piloto principal de ataque, que al parecer le pesaba con frecuencia. No obstante, el notorio éxito del esquema radica en el hecho de contar con un punta como el panameño Tejada: dominador de los dos perfiles y siempre dispuesto a rematar. Un tipo que se las arregla muy bien solo, en otras palabras.

Sporting Cristal: Por ratos, el 'Chino' Rivera prueba el esquema, aunque a veces lo migra a un 4-cuadrado-1-1, con el colombiano Villarreal flotante detrás de Miguel Ximénez. Ocurre que el uruguayo, a diferencia de Tejada, no se las entiende tan bien solo si no tiene un alimentador permanente; Palacios intenta serlo, pero a veces debe cumplir otras funciones -recuperar cuando nadie más lo hace-. Les funciona bien el 4-2-3-1 a los celestes cuando está 'Danny' Sánchez, alguien que entiende bien el rol de lanzador lateral.

Sport Boys: 'Titín' Drago tiene tres hombres que piensan: Carlos Elías, Juan Carlos Mariño y Michael Guevara. ¿Cómo agruparlos? Teniendo que elegir un único punta entre Gerardo Gárate y Víctor Rossel. Sin embargo, la apuesta sobre todo ha sido hasta ahora cuando la 'Misilera' ha jugado fuera del Miguel Grau, con resultados distorsionados por las expulsiones.

Sport Huancayo: 'Rafo' Castillo se ha encontrado en el plantel con varios hombres con tendencia al desborde y al firuleteo: Johan Sotil o el colombiano Héctor Fabián Ramírez, por ejemplo. Írven Ávila puede servirles bien como complemento lanzador para dejar arriba a un reconocido goleador local como Miguel Mostto, y repetir ese sistema que probó en el último partido ante Inti Gas bien podría, por nombres, ayudar a mejorar la campaña del 'Matador'.

Inti Gas: Precisamente, los ayacuchanos se han sumado también a la moda para sus cotejos de visita, dado que el momento del colombiano Mina es mejor que el del resto de delanteros. Sin embargo, 'Chepe' Torres no tiene muchos nombres para la función lanzadora, y por eso en el último partido ante Vallejo tuvo que improvisar con José Mendoza por derecha -en principio, no- y Martín Vásquez por izquierda -puede ser, pero los años le juegan en contra-. Quizá el 'Drogba' Carrillo, con más ritmo, pueda servirle para afianzar el sistema por derecha.

León: Desesperado por la mala puntería de Perea y Calheira, Franco Navarro ha probado, también de visita, con darle cabida solo a uno de ellos y poner, al lado del argentino Rodas, a dos hombres que puedan consolidar el trío lanzador. Sin embargo, a Peña, Chávez o el último domingo a la 'La Virgen' Dionisio les ha costado entender del todo el rol, que más pasa por que habiliten que por que lleguen ellos mismos.

FBC Melgar: Carlos Manta, en medio de su insufrible verborragia, ha logrado la ubicación ideal para Edson Aubert: ya no tan pegado a la raya, sino flotando por delante del único punta (Meza Cuadra) para explotar su buen acomodo a los dos perfiles. Tomás Zambrano, sobre todo ante Alianza Lima, se ha mostrado como una interesante opción para sopesar el esquema por derecha, y lo de Nórbil Romero por izquierda ya es conocido en Arequipa. No es una máquina y hay dudas -sobre todo por Meza Cuadra, quien es un buen delantero pero de los que suelen requerir acompañante de perfil centrodelantero-, pero ya es un avance.

Total Chalaco: El último en sumarse al club, con el retroceso de Jesús Rey a la derecha, para compensar con Henry Colán al medio y el colombiano Lin Carlos Henry o David Soria por izquierda. Los nombres están: falta ver si Serrano o Ponte tendrán una temporada en el área que justifique que se los deje sin compañía.

Saldos y precisiones
Sin duda, cada una de las propuestas tácticas descritas aplica el 4-2-3-1 a su manera, y quizá sea temprano para evaluar sus resultados. Sí es, sin embargo, pertinente trazar algunos patrones comunes.

- En general, el sistema sirve para reconvertir jugadores: aprovechar mejor el perfil que conocen (para los que viven pegados a la raya) o ampliarles el horizonte de juego (para los que migran a ser lanzadores centrales y no tienen que preocuparse por un costado, sobre todo pues ya no les toca tapar la salida de los zagueros rivales cuando no se tiene la pelota).
- Es muy útil como opción para jugar de visita, sobre todo porque permite coparle la cancha al rival y no dejarlo maniobrar con libertad entre el primer cuarto de cancha y el medio, donde se generan varios ataques. Ocupa sobremanera a los carrileros rivales, además, por lo cual se emplea para neutralizar proyecciones.
- Es todo un tema aparte el rol de los dos volantes centrales que soportan el 3-1 ofensivo. En el Alianza del Centenario, Autuori disponía uno que quitaba (Ciurlizza) y otro que distribuía y se descolgaba (Bazalar). Esto es fundamental, porque con dos netos de atraque (a lo 'León' Rodríguez y 'Puma' Carranza, a buen entendedor) el equipo puede quedar inconexo. En Aurich, La Rosa marca y Espejo pasa; y por eso a Suárez le funciona.
- Finalmente, cabe considerar que el 4-2-3-1 que acá se está practicando es heredado del sistema brasileño, que lo ha desarrollado a partir del predominio del cuadrado en el medio y, por tanto, parte del retroceso de uno de los puntas (el que más "juega") para que los volantes ofensivos (los llamados trequartistas, en el argot brasileño) se abran un poco hacia los lados y le hagan un espacio. Como bien apuntaba hace unos meses Jonathan Wilson en un interesantísimo artículo en The Guardian, el 4-2-3-1 europeo, que también está de moda, deviene más bien del 4-línea-2, por lo cual todos los volantes, incluidos los que luego quedarán como lanzadores, están ya acostumbrados a hacer ida y vuelta, lo que tiene serias implicancias sobre cómo el 4-2-3-1 acaba funcionando al tapar la salida de los rivales.

En la última jornada de Champions League, cinco de los ocho equipos cuartofinalistas (Olympique Lyon, Girondins Bordeaux, Inter, CSKA Moscú y Barcelona) aplicaron, con ligeras variantes, el 4-2-3-1. No es, pues, esta una moda exclusiva del Descentralizado, ni Autuori descubrió la pólvora al aplicarlo por primera vez acá; pero sí es importante que el fútbol peruano esté a tono con el mundo en la utilización de un esquema que, seguramente, veremos como patrón repetido en unos meses en Sudáfrica.

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